Marzo, abril, mayo y junio de 1985

Ya con la cinta en caset, decidimos hacerlo disco LP. Octavio y yo encontramos un lugar en Avenida Coyoacán, a la altura de Concepción Béistegui, Audio de América Latina, que nos cobra al rededor de 160 mil pesos por mil copias.

Tenemos dificultades para sacar la portada que deseamos (en primer plano, sobre el pretil de una ventana, las hermosas piernas de una mujer joven; al fondo, en un patio, los cinco integrantes originales de la banda): los padres de la muchacha que nos presta sus piernas para mostrarlas (y con ellas resumir plásticamente nuestra música) no ven con buenos ojos que su hija se exhiba de esa manera.

Lanzamos el disco con una portada sencilla, trabajada por Alberto Pasapera Herrero: el logotipo del grupo sobre fondo rojo. Ni Alberto ni nosotros mismos imaginamos en ese momento que esa portada se convertirá, al pasar de los años, en la mejor y más clara definición del grupo.

Cuando Gerardo se entera de que el disco no saldrá con la portada original, me dice: ¿Conoces El origen del mundo, de Gustav Courbet? ¿Por qué no usamos ese cuadro como portada? Aunque a ver si no te corren de la casa y de la escuela (yo doy clases en una escuela de monjas).

Gerardo se refiere a L´origine du monde, óleo sobre lienzo realizado por el artista en 1866.

Imposible.